Cada vez más los clientes invierten más tiempo y recursos en utilizar productos “saludables”. Esta evolución ha llegado también al sector de la cosmética, donde el consumidor final está preocupado por el efecto de las sustancias químicas que contienen los productos que usan habitualmente.
Todos hemos oído hablar de los “parabenos”, “filtros solares químicos”, “EDTA”… Estas son componentes ampliamente empleados en el sector cosmético para poder conservar los productos finales y poder garantizar su caducidad y su efectividad.
No vamos a discutir sobre la eficacia conservadora de los parabenos empleados en emulsiones, porque una emulsión que lleva parabenos (phenoxyethanol, methylparaben, propylparaben, butylparaben…) tiene una caducidad “casi infinita”.
El cliente final se preocupa por los artículos científicos relacionados con la exposición de los “parabenos” en la piel, que los relaciona con cáncer y otras publicaciones que leen en la red.
Dada esa inquietud del cliente, la cosmética ecológica ha experimentado un crecimiento exponencial en los últimos años, pero, ¿Qué és la Cosmética ecológica certificada?
La cosmética ecológica certificada es un tipo de cosmética que cumple los mismos aspectos regulatorios que la cosmética tradicional, pero, a falta de un organismo público, se emplean diferentes empresas privadas que efectúan controles de calidad para verificar que los ingredientes empleados en las formulaciones provengan de agricultura ecológica certificada.
Entonces, la cosmética ecológica aplica un control de calidad extra, que consiste en un sistema previamente descrito, por una empresa externa, que verifica y avala que los ingredientes empleados y procesos cumplan con las normas descritas por la empresas privada que nos certifica el producto.
¿Cuál es el problema?
Existen numerosas empresas dedicadas a la certificación de cometida ecológica, y cada una sigue unos criterios distintos, aunque, normalmente, suelen ser similares.
Vamos a nombrar alguna de ellas:
– Ecocert (Francia)
– Bdih (Alemania)
– Bio.Inspecta (Suiza)
– Soil (UK)
– Icea (Italia)
– Natrue (Belgica)
– Cosmos (Ecocert, Bdih, Icea, Soil, Cosmebio) (asociación de certificadoras)
Los criterios comunes de las certificadoras suelen ser similares, pero difiere la forma de calcular el porcentaje final de ingredientes ecológicos certificados, entonces, ¿un producto certificado por Bio.Inspecta bajo la norma Bio Vida Sana, tiene un porcentaje de producto ecológico distinto que uno certificado por Ecocert? La respuesta es SI.
Cada organismo certificador tiene una norma previamente descrita que indica cómo se calcula el porcentaje de ingredientes ecológicos y normalmente, no coinciden siempre y cuando el producto no sea puro y de procedencia ecológica.
Esto creo que no es lo más importante a nivel técnico, aunque a nivel de marketing es importantísimo porque no es lo mismo publicitar un producto con un elevado porcentaje de producto ecológico que uno que sea un poco más bajo…
Para el consumidor final, tiene que quedar super claro, que a la hora de comprar un producto, debemos darnos cuenta que el producto es natural o ecológico certificado por una certificadora que esté reconocida. Esta certificadora permite plasmar sus logos identificativos que son un aval de garantía del producto. Así se garantiza que el producto es un producto verdaderamente ecológico certificado.
Digo anteriormente “verdaderamente ecológico” porque hay en el mercado productos que han utilizado el reclamo de “producto natural” o “con ingredientes ecológicos”, empleando también diseños super atractivos con palmeras, hojas de plantas, imágenes de playas e ilustraciones que recuerdan a la naturaleza y no son más que productos tradicionales con parabenos, bht, edta… que han sufrido un lavado de cara para convertirlos en productos pseudo-naturales.
Obviamente, estos productos no tienen ningún sello que avale que el producto está certificado.