Aceite de Zanahorias

Daucus carota L. pertenece a la familia de las Apiáceas (Umbelíferas) y comúnmente, se denomina zanahoria tanto a la planta como a su parte comestible. Es una planta bienal caracterizada por presentar una raíz de desarrollo profundo y ramificado; tallo sólido, estriado, velloso y florífero de 30-100 cm de alto; hojas compuestas, pinnadas; e inflorescencias blancas, umbeliformes, con una flor central color granate oscuro. La floración ocurre en verano. El fruto es un aquenio recubierto de espolones de color marrón. Durante el primer año la planta desarrolla la parte comestible, su raíz principal, y en el segundo año tiene lugar la formación de las semillas. La zanahoria es originaria de Europa y Asia y crece sobre terrenos semi-secos, arenosos y adyacentes al mar. Su cultivo ha experimentado un importante crecimiento en los últimos años, tanto en superficie, como en producción, ya que se trata de una de las hortalizas más producidas en el mundo. Asia es el mayor productor seguida por Europa y E.E.U.U.

El aceite de zanahoria es un extracto oleoso que se obtiene mediante maceración de la raíz de Daucus carota en aceite de girasol (Helianthus annuus).

Las zanahorias son fuente natural de carotenoides. Los carotenoides son compuestos multicolores que se presentan naturalmente y que son abundantes como pigmentos en las plantas. La zanahoria es rica en carotenoides, principales responsables de su color. Los carotenoides predominantes son el β-caroteno (45-80%), el α-caroteno (15-40%) y el γ-caroteno (2-10%).

Los carotenoides proporcionan actividad antiedad porque son precursores de la Vitamina A.

Compuesto principalmente de ácido palmítico (2-6%); ácido esteárico (15-25%); ácido oleico (60-70%); ácido linolénico (5-15%); ácido linoleico (<1%), así como una original fracción insaponificable que le confiere una gran capacidad hidratante y emoliente. Contiene antioxidantes como los tocoferoles (vitamina E) y catequinas (que también se encuentran en el té verde).  Se han detectado otros compuestos específicos como alcoholes triterpénicos, cuya propiedad de reducir la inflamación; ésteres de ácidos cinámicos, que tienen una capacidad limitada de absorber radiación ultravioleta (UV), y lupeol, que impide los efectos del envejecimiento de la piel inhibiendo enzimas que degradan las proteínas de la piel. La manteca de karité también protege la piel estimulando la producción de proteínas estructurales por células dérmicas especializadas.
Se conoce sobre todo a esta grasa por sus propiedades hidratantes por lo que es utilizada en la composición de numerosos preparados de la industria cosmética.