Aloe Vera Ecológico

   El gel de aloe vera es un líquido mucilaginoso obtenido exclusivamente a partir de la pulpa de las hojas de A.barbadensis. Sus principales constituyentes son polisacáridos y se emplea para una gran variedad de fines medicinales, principalmente en alteraciones de la piel. El gel de aloe está constituido, en su mayor parte, por polisacáridos mucilaginosos responsables de la gran capacidad que tiene la planta para retener agua, gracias a la cual puede sobrevivir en condiciones de sequía. Estos polisacáridos suelen contener diferentes proporciones de manosa, glucosa y galactosa. Entre ellos se encuentran: glucomananos, glucomananos con ácido glucurónico, galactogalacturonanos, glucogalactomananos, galactoglucoarabinomananos y mananos acetilado (Vila Casanovas, R. et al, 2001). Entre los polisacáridos mucilaginosos del aloe destacan el acemanano (aloeverosa), que ha despertado gran interés por sus propiedades farmacológicas y como componente activo del gel de aloe, y el aloérido, polisacárido de elevado peso molecular constituido por glucosa, galactosa, manosa y arabinosa. Otros componentes minoritarios identificados que también pueden contribuir a su acción farmacológica son: aminoácidos, glicoproteínas, derivados de cromonas y pironas, saponinas, esteroles, ácidos y sales orgánicas, sales inorgánicas, minerales y oligoelementos, giberilinas, triglicéridos, ácido salicílico, ligninas y vitaminas.

El aloe vera tiene propiedades Reepitelizantes, inmunomoduladoras, antiinflamatorias y es altamente humectante convirtiéndose así en un aliado ideal para refrescar, suavizar y calmar las pieles más sensibles.

Compuesto principalmente de ácido palmítico (2-6%); ácido esteárico (15-25%); ácido oleico (60-70%); ácido linolénico (5-15%); ácido linoleico (<1%), así como una original fracción insaponificable que le confiere una gran capacidad hidratante y emoliente. Contiene antioxidantes como los tocoferoles (vitamina E) y catequinas (que también se encuentran en el té verde).  Se han detectado otros compuestos específicos como alcoholes triterpénicos, cuya propiedad de reducir la inflamación; ésteres de ácidos cinámicos, que tienen una capacidad limitada de absorber radiación ultravioleta (UV), y lupeol, que impide los efectos del envejecimiento de la piel inhibiendo enzimas que degradan las proteínas de la piel. La manteca de karité también protege la piel estimulando la producción de proteínas estructurales por células dérmicas especializadas.
Se conoce sobre todo a esta grasa por sus propiedades hidratantes por lo que es utilizada en la composición de numerosos preparados de la industria cosmética.